ARCOmadrid’25

Osvaldo Lamborghini: Escritura Inespecífica es el título del Solo Project que invita al espectador a conocer dos tipologías de obras del artista. Por un lado, sus collages y pinturas sobre páginas de revistas pornográficas de los 70’s, por otro lado,  se suman a este cuerpo de obra cuatro cuadernos, piezas únicas en formato libro que muestran la culminación de la obra del artista, que incorporan collages, relatos y pintura. En resumen: una escritura que decantó en inespecífica, siguiendo la línea presagiada por Georges Bataille en su entrada informe del “Diccionario Crítico” de la revista Acéphale (1929).

Como recuerda César Aira, Lamborghini, refiriéndose a la pintura, decía “yo vengo de ahí”, ya que de niño ganó un concurso de pequeños dibujantes. Una vez instalado en España, le escribió en una carta:

Me puse un tallercito para pintar todo el material porno que consumo. Es eclesial. Las caras best-celestiales de las mujeres gozando, ardiendo en technicolor —mal impreso en España, es decir, impreso por Goya: rojo chorreado de la vulva sobre el peligro (pene) amarillo. Delicias expresionistas. Los artistas del género ya lo están despreciando.

En esta ocasión, del artista que creó el inclasificable dispositivo visual-textual-objetual Teatro Proletario de Cámara (c. 1984), que ya se convirtió en un objeto de culto, se recorren en este proyecto sus intervenciones, atravesadas por las lecturas que realizó de historiadores del barroco español como José María Valverde y Fernando Checa, sobre revistas de saldo de soft-porno pre-franquistas: dibujos intercalados con texto de un alto calibre visual, piezas auto-enmarcadas en soportes precarios, además de obras con juegos entre palabra e imagen, con la impronta de Alberto Greco (su inesperado precursor que también produjo gran parte de su obra en Madrid), o con epigramas mordaces, tradición que va desde Goya hasta el ABC de la Guerra de Bertolt Brecht (1955) y los montajes de John Heartfield, otras en las que se percibe lo real traumático, a lo Andy Warhol, y láminas influenciadas por su pintor de referencia, William Hogarth, todas con una potencia que rememora desde la lucidez expresiva de El Bosco hasta los experimentos de la vanguardia futurista rusa.